Va a hacer dos años a finales de diciembre, concretamente el día 31, escribí esta entrada en un antiguo blog que manejaba. En él hacía un pequeño balance de lo que estaba viviendo y de lo que yo sentía en ese momento hacia ese vivir.
Ese blog, con el tiempo derivó en otro un poco más concreto sobre los temas sobre los que yo estaba trabajando y que hace unos meses terminó en esta página web en la que, junto a mi pareja, expresamos lo que hacemos, ofreciéndolo a otras personas que lo puedan necesitar y aportamos nuestro grano de arena a lo que consideramos que se necesita para desarrollar una vida plena, en armonía y en equilibro.
En esa entrada, escribí algunos párrafos que hoy he eliminado por que ya no creo en ellos, los vas a ver tachados con una línea por encima de ellos.
En el resto sigo creyendo tal cual lo escribí aquel día y pienso que ahora mismo, muchas de esas líneas, pueden relacionarse con la realidad que estamos viviendo hoy día en el mundo.
Bueno, espero que vosotr@s, también sigáis creyendo.
Este es el artículo en cuestión:
SIGO CREYENDO a 31 de diciembre de 2018.
Cuando está atardeciendo este año y a punto de amanecer el siguiente, es buen momento para tomarnos un rato y reflexionar en lo que hemos vivido y en lo que nos gustaría vivir.
Yo por mi parte, sigo creyendo en una alimentación saludable, procedente de una tierra que no tenga que soportar el maltrato al que es sometido por parte de sustancias que a mi cuerpo no le sientan bien. Que esta alimentación no tenga ninguna relación con el sufrimiento de las especies animales y en definitiva que sea respetuosa con la Madre Tierra y pueda estar al alcance del bolsillo de cualquier persona.
Sigo creyendo en un cuidado de la Salud integral, holístico, en el que todas las formas y maneras de cuidar a una persona sean bienvenidas, sean terapias complementarias, alternativas, medicinas naturales o medicinas convencionales. Que esa misma Salud, no esté al servicio de laboratorios o industrias farmacéuticas que pretenden llenarse cada vez más sus bolsillos, sin interesarse lo más mínimo por el verdadero motivo de su existencia, que es CURAR a las personas que padecen una enfermedad.
Sigo creyendo en una forma de gestionar los residuos que no esté basada en seguir fabricando materiales altamente contaminantes para luego hacer negocio con su reciclado, negocio que, dicho sea de paso no está repercutiendo de forma positiva finalmente en la sociedad, tal y como nos quieren hacer creer. Creo más en la fabricación de productos y objetos con materiales sostenibles y biodegradables, que favorezcan el medio en el que vivimos.
Sigo creyendo en las personas que nos gobiernan, que manejan nuestros impuestos, que desarrollan leyes de convivencia. Creo en que su labor cada vez va a ir mas dirigida en pos de una sociedad mejor, con servicios públicos de calidad, y con la justicia social por delante de todo. Y no en gobernantes que solo se preocupan de una territorialidad y la defensa de banderas, con el único afán de crear enfrentamientos en la sociedad y que esta se olvide de los verdaderos problemas que la atañen.
Sigo creyendo en una convivencia entre personas de diferentes culturas, creencias religiosas o color de piel; en la que cada una de ellas aporte, al entorno en el que desarrolle su vida, lo mejor que tiene de sí misma con la intención de vivir con respeto y en consonancia hacia otras formas de vivir la vida por parte de los seres de su misma raza, la humana.
Sigo creyendo en la Evolución consciencial de las personas, en la que nos demos cuenta de cuál es el motivo de nuestra existencia en este planeta y de cómo debemos vivir sin dejar una huella peor que la que nos encontramos cuando vinimos a él. Creo en las personas buenas, pero más en las personas que hacen el bien sin esperar ninguna recompensa a cambio.
En definitiva, sigo creyendo en mí, en ti, en la VIDA y en que el SER humano puede mejorar y hacer que este mundo sea un poco mejor.
Y tú, ¿sigues creyendo? Que tengas un Feliz y Sano 2019.