Desde hace ya bastante tiempo, venimos dándonos cuenta de que todo lo hacemos con prisa, nuestra vida acelerada nos hace pensar en que los días se nos hacen cortos y que necesitamos que tengan más horas para hacer todo lo que queremos hacer
Vamos de un lado a otro deprisa, trabajo, compras, casa, incluso cuando llega la hora de descansar y mantener nuestro tiempo de ocio, también lo hacemos de forma apresurada.
Hace unos años nació un movimiento denominado Slow en el que su filosofía y su razón de existencia es reivindicar la vida lenta, no con esto quiere decir en que nos convirtamos en personas vagas y perezosas, sino en saber disfrutar de la vida de una forma más consciente y disfrutando del camino.
Este movimiento nació en los años 80 de la mano de Carlo Petrini en al ámbito de la comida, a partir de ahí nació el Slow Food y más tarde se fué aplicando a los diferentes aspectos de la vida hasta llegar a convertirse en lo que hoy se denomina la Slow Life.
Poco a poco, este movimiento saltó hacia lo que se llamó la Cittá slow, un modelo de ciudad lenta cuyo concepto es crear lugares para vivir bien y disfrutar de la vida cotidiana.
Nosotros descubrimos hace unas semanas un libro (Elogio a la lentitud) bastante entretenido cuyo autor, Carl Honoré, describe muy bien los orígenes del movimiento y en que consiste.
Hay que saber también en que no consiste este movimiento Slow:
.- No es hacerlo todo lentamente desde un punto de vista literal.
.- No se trata de llegar tarde a todos lados con la excusa de que llevamos una vida slow y no queremos que nadie ni nada nos estrese.
.- Tampoco es trabajar con dejadez, sin respetar fechas de entrega y dejando todo para última hora.
.- No significa dejar de lado la tecnología, los móviles y todos los avances modernos, pero haciendo un uso consciente de ellos. Usándolos, pero no dejando que nos usen.
.- La vida Slow es desacelerar, es verdad, pero siendo consciente de los tiempos en los que vivimos.
.- Podemos decir, que la vida Slow trata de poner los avances a nuestro servicio y no al revés. Es trabajar para vivir, pero no vivir para trabajar. Es disfrutar del tiempo que tenemos con la gente que queremos. Es estar aquí y ahora, disfrutando del presente sin pensar en lo que ya pasó o en lo que está por venir.
Esta filosofía o movimiento comparte de base todo lo que desde Consciencia Activa venimos desarrollando y trabajando, que hemos de tomar consciencia de lo que vivimos y de cómo lo vivimos, dándonos cuenta en todo momento de lo que hacemos y por lo tanto saboreando el camino de la vida.
Tomemos como referencia este movimiento para hacer de nuestra vida un viaje de placer y de experiencias plenas.
Pedro Martín
Coach/Terapeuta Consciencia Activa
Imagen de Monsterkoi en Pixabay